Paul Auster, escritor estadounidense nacido el 3 de febrero de 1947 en Newark, Nueva Jersey. Conocido por su obra multifacética que incluye novelas, ensayos, poesía y guiones cinematográficos. Se graduó de la Universidad de Columbia en 1970 y pasó un tiempo viajando por Europa antes de establecerse en Nueva York.

Auster ganó reconocimiento internacional con la publicación de su primera novela, “La Trilogía de Nueva York”, que incluye “Ciudad de Cristal”, “Fantasmas” y “La Habitación Cerrada”. Estas novelas se caracterizan por su estilo narrativo experimental y su exploración de temas como la identidad, el azar y el destino.

A lo largo de su carrera, Auster ha escrito numerosas novelas aclamadas por la crítica, entre las que se incluyen “Leviatán”, “El Libro de las Ilusiones” y “Sunset Park”. Su obra a menudo se centra en personajes solitarios y en la ciudad de Nueva York, que sirve como telón de fondo para sus historias.

Además de su trabajo como novelista, Auster ha incursionado en el cine, escribiendo y dirigiendo varias películas, como “Lulu on the Bridge” y “The Inner Life of Martin Frost”.

A lo largo de su carrera, ha recibido numerosos premios literarios, incluido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006 y el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes en 2011.

En resumen, Paul Auster fue un prolífico escritor cuya obra ha capturado la imaginación de lectores de todo el mundo con su estilo narrativo distintivo y sus exploraciones de la condición humana.

 

Leviatán

Todo comienza con un muerto anónimo: en una carretera de Wisconsin, un día de 1990, a un hombre le estalla una bomba en la mano y vuela en mil pedazos. Pero alguien sabe quién era, y con el FBI pisándole los talones, Peter Aaron decide contar su historia, dar su versión de los hechos y del personaje, antes de que la historia y las mitologías oficiales establezcan para siempre sus falsedades o verdades a medias como la verdad. Y así, Peter Aaron escribirá “Leviatán”, la biografía de Benjamin Sachs, el muerto, también escritor y objetor de conciencia encarcelado durante la guerra de Vietnam, desaparecido desde 1986, autor de una novela de juventud que le convirtió fugazmente en un escritor de culto, acaso un asesino, y angustiado agonista de un dilema contemporáneo: ¿Literatura o compromiso político? ¿Realidad o ficción?

Un hombre en la Oscuridad

August Brill ha sufrido un accidente de coche, y se está recuperando en casa de su hija, en Vermont. No puede dormir, e inventa historias en la oscuridad. En una de ellas, Owen Brick, un joven mago que ha adoptado el nombre artístico de «El Gran Zavello», despierta en el fondo de un foso de paredes muy lisas que no puede escalar. No sabe dónde está ni cómo ha llegado hasta allí, pero oye el ruido de una batalla. Hasta que aparece el sargento Serge, que le ayuda a salir del pozo para que Brick pueda cumplir su misión. América está inmersa en una oscura guerra civil. Los atentados del once de septiembre no han tenido lugar, y tampoco la guerra de Irak. Brick no entiende nada. Pero se entera de que su misión es asesinar a un tal Blake, o Block, o Black, un hombre que no puede dormir, y que como un dios, inventa en la noche esa guerra que no acabará nunca si él no muere. Aunque no se llama Blake ni Block ni Black, sino August Brill, y es un crítico literario que ha sufrido un accidente, se está recuperando en la casa de su hija, en Vermont, y no tiene los infinitos poderes de Dios para inventar mundos infinitos, pero puede contarnos una feroz y veraz fábula de nuestros días.

El cuaderno rojo

La primera novela de Paul Auster fue inspirada por un número equivocado. Un hombre llamó una noche, preguntando por la agencia de detectives Pinkerton. Auster le explicó que se había equivocado. A la noche siguiente, la llamada y la respuesta del novelista se repitieron, pero éste, intrigado, comenzó a preguntarse qué habría sucedido si hubiera fingido que aquel número correspondía a la agencia de detectives, y él era uno de ellos. Y así comenzó Ciudad de cristal, donde un hombre llamado Quinn recibe la llamada de alguien que quiere hablar con el detective privado Paul Auster. Pero no hace mucho tiempo otro hombre llamó al actual número de teléfono del escritor y preguntó si podía hablar con el señor Quinn. Y no era una broma de un amigo o de un lector. Era una llamada absolutamente en serio, y ésta es una historia verdadera, como todo lo que se cuenta en este libro: lo irreal horadando lo real, el novelista ejerciendo de «cazador de coincidencias», de traductor de las siempre oscuras revelaciones del azar.

Porque Paul Auster, antes de ser escritor, fue traductor, alguien que escribe en una lengua con las palabras de otro. Y Justo Navarro, el traductor de este libro, y autor del prólogo que, a manera de hilo en el laberinto, recorre y muestra la «manera» de la literatura de Auster, es también un novelista, alguien que «traduce a la lengua de sus fábulas la lengua misteriosa y dolorosa del mundo, alguien que inventa una nueva lengua que suplante la lengua misteriosa y dolorosa del mundo».

El cuaderno rojo es, pues, también, la coincidencia de dos escritores que escriben en el «idioma del azar, el idioma de la casualidad y las coincidencias, el idioma de los encuentros fortuitos que se convierten en destino».


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