Jauretche, Arturo

Las polémicas. Buenos Aires, Colihue, 2009

En la colección Las polémicas, que consta de cuatro tomos en total, se reúnen algunos de los mejores escritos de Arturo Jauretche, intelectual y político argentino insoslayable, integrante del grupo FORJA y autor “El medio pelo en la sociedad argentina” y “El manual de zonceras argentinas”. Seleccionados, introducidos y comentados por Norberto Galasso, Jauretche aborda en ellos los temas irresueltos de la revolución nacional, y critica con agudeza y gracia, con ese estilo típicamente “jauretcheano”, aquellos vestigios del pensamiento colonial que impiden un mejor conocimiento de nuestra realidad. “Poco escapan a este libro los problemas que debemos resolver. La historia argentina, las relaciones exteriores de nuestro país, la izquierda ficticia, el movimiento nacional, la oligarquía, el pensamiento abstracto de la intelligentzia colonial…”
En este primer tomo, denominado simplemente “Las polémicas”, se compendian por medio de cartas entre los protagonistas o notas publicadas en los diarios, algunos de los debates con Felix Luna, Ernesto Sábato, Alicia Jurado, Victoria Pueyrredon, Bonifacio del Carril, Liborio Justo y Bruno Genta.

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Jauretche, Arturo. “Que al salir, salga cortando”. Buenos Aires, Colihue, 2009.

Lo cierto es que Jauretche es algo así como una presencia viva y activa de la Argentina secreta, a la que sobrealimenta en horas sombrías, aunque en modo alguno definitivas, como las que nos entristecen y soliviantan. No aró en el mar Arturo, como su precursor Bolívar; ni sembró en el desierto, porque la Argentina posterior a 1955 se sigue nutriendo de sus cosechados granos, en zafras no oficiales, ciertamente. Sirva lo dicho como introducción para decir que acaba de aparecer un nuevo libro con textos jauretcheanos que vienen a acercarnos aquellas reflexiones de los últimos veinte años argentinos, tan válidas en su hora como ahora: Las polémicas de Jauretche… Magistrales páginas, en el fresco y nacional estilo con que el tantas veces loado coloquial Jauretche escribía sus cuartillas, generalmente para salir a la cancha y para no quedarse en un desafío…”. (de Fermín Chávez, en Pueblo Entero) “Los que hace un tiempo lo tenían olvidado en el estante o en la temerosa y censuradora memoria tendrán oportunidad de descubrir la trastienda ideológica de grupos y sectores de poder y opinión de la Argentina con los ojos gatunos de don Arturo. Los que no lo han leído nunca -tanto piberío, sin ir más lejos- tendrán una punta para empezar a conocer al culpable de uno de los grandes vacíos que dejó el funesto y definitivo 74: Jauretche ocupaba un espacio y poseía una palabra dentro de la reflexión nacional que nadie ha podido cubrir…”. (de Juan Sasturain, en Humor)
“A través de las páginas de este interesante libro desfilan, con una vigencia siempre actual, los temas de la preocupación argentina en torno a los problemas aún no resueltos de la revolución nacional… Poco escapan a este libro los problemas que debemos resolver. La historia argentina, las relaciones exteriores de nuestro país, la izquierda ficticia, el movimiento nacional, la oligarquía, el pensamiento abstracto de la intelligentzia semicolonial…”. (de Norberto Acerbi, en Tribuna Patriótica)

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Jauretche, Arturo. Libros y alpargatas : “Civilizados o bárbaros”. Buenos Aires, Colihue, 2010.

En este, el tercer tomo, se compendian las opiniones de Jauretche acerca de Sarmiento, Payró, Marmol, Lugones, Rojas, Martínez Estrada, Borges, Beatriz Guido y Cortázar, entre otros.

La incomprensión de lo nuestro preexistente como hecho cultural, o mejor dicho, el entenderlo como hecho anticultural, llevó al inevitable: todo hecho propio, por serlo, era bárbaro, y todo hecho ajeno, importado, por serlo, era civilizado. Civilizar, pues, consistió en desnacionalizar…
Identificar a Europa con la civilización y a América con la barbarie, lleva implícita y necesariamente la necesidad de negar a América para afirmar a Europa, pues una y otra son términos opuestos: cuanto más Europa, más civilización; cuanto más América, más barbarie, de donde resulta que progresar no es evolucionar desde la propia naturaleza de las cosas sino sustituirlas…
De ahí nace la autodenigración, típica expresión del pensamiento colonial. De ahí resulta posible que Sarmiento dijera “el mal que aqueja a la Argentina es la extensión” y planteara soluciones atentatorias de nuestra integridad territorial, como asimismo sostener que nuestros pueblos carecen de capacidad fabril y deben ser provistos por Inglaterra…
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ARTURO JAURETCHE

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Jauretche, Arturo. Barajar y dar de nuevo. Buenos Aires, Colihue, 2010.

El cuarto y último tomo de Las polémicas incluye las opiniones de Jauretche acerca de Rogelio Frigerio, Pedro Eugenio Aramburu, Federico Monjardín, Alberto Rafael Costantini, Américo Ghioldi y Esteban Echeverría, entre otros.

“Hay que actuar en dirigente revolucionario y no en dirigente electoral, porque se trata de la disputa del poder. No podemos incurrir en el error de los radicales en 1945 y eso le ocurrirá fatalmente al que haga política en función del pasado. Por cuidar los votos, ellos se quedaron parados y cuando se dieron cuenta, los votos se habían ido. No importa dónde están los votos ahora. Importa dónde estarán para ejecutar un programa. El que está atento solo a lo que piensa la gente hoy, se quedará al margen de lo que pensará la gente mañana y aquí está la clave para saber quién es dirigente o no. Además, lo que piensa la gente no está dicho por lo que proclaman en voz alta, sino por lo que se dicen en voz baja y, aún más, por lo que lo que no se dice y está en el subconsciente”.

(Arturo Jauretche, de “Carta a Amílcar Vertullo”, 3/7/59).

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Jauretche, Arturo. Los profetas del odio y la yapa.  Buenos Aires, Peña y Lillo,  1985.

El texto plantea el problema que tiene nuestra sociedad y nos da distintos puntos de vista del concepto de la colonización pedagógica, sin dejar de dar importancia al termino intelligentzia, junto con el esquema civilización y barbarie.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el país deja el sistema agropecuario como sustento económico, y comienza a desarrollar las industrias, las cuales necesitaban mano de obra, proveniente de los sindicatos, los cuales fueron llevados a cabo bajo tres conceptos: soberanía, liberación y justicia social.
Esto trajo aparejados otros temas, como el de los jóvenes pertenecientes a las clases medias que comenzaban a trabajar en actividades comerciales e industriales, mientras que los universitarios tenían trabajos remunerados. Estas diferencias son las que marcadamente pueden observarse en las ciudades pequeñas o en los pueblos: donde los profesionales son un grupo diferenciado, distinto del resto, el hecho que se quiere remarcar es que con estas dos posiciones se ve enfrentado al país.