«En momentos en que las aspiraciones legítimas de las personas de muchas regiones del mundo a una mayor libertad y dignidad y a una vida mejor se ven a menudo frustradas por la violencia y la represión, insto a los Estados a que respeten los derechos fundamentales de todas las personas. La tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, en cualquier lugar o circunstancia en que se produzcan, nunca podrán estar justificados».
Ban Ki-moon