El 16 de septiembre se celebra el Día Mundial para la conservación de la capa de ozono, instituido en 1995 por Naciones Unidas con el objetivo de sensibilizar a la opinión pública sobre este problema.
Desde 1985, año en que se adoptó el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, que fue seguido de varios acuerdos internacionales, se ha logrado un recorte sustancial en la producción de CFCs (compuestos clorofluorocarbonados), principales responsables de la destrucción de la capa de ozono.